CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LA VIDRIERA ARTÍSTICA DEL PATIO DE CRISTALES DEL INSTITUTO-FUNDACIÓN AGUILAR Y ESLAVA

Durante los meses de julio y agosto de 2021 se ha procedido a la intervención de conservación y restauración de la montera vidriera del Instituto-Fundación Aguilar y Eslava, unas delicadas tareas que han sido acometidas por diferentes profesionales de nuestra ciudad.

Los daños más significativos en la vidriera del Instituto-Fundación Aguilar y Eslava eran la pérdida de luminosidad por una gran suciedad acumulada por el deterioro de la cubierta, la decoloración o perdida de color de algunos fragmentos policromo y otros deterioros como problemas en el asentamiento de los paneles, piezas fracturadas e incluso pérdidas de vidrio, con el consiguiente peligro de caída.

Para paliar esta situación, se realizó un Informe técnico documental del estado de la obra, para el que se ha contado con el asesoramiento de estudios previos de técnicos de la actual Sociedad Mauméjean de Vidrieras Artísticas y la dirección técnica de Salvador Guzmán Moral, doctor en Bellas Artes y conservador-restaurador.

En primer lugar, se ha intervenido en la cobertura exterior de la vidriera, una estructura metálica a cuatro aguas, originalmente cubierta con hojas de cristal, reemplazadas hace años por paneles traslucidos de poliéster, que se encontraban muy deteriorados. Para mejorar su estado de conservación, estanqueidad y transparencia se han eliminado estos antiguos paneles, se ha limpiado y reforzado la estructura metálica y finalmente, se han colocado nuevos paneles de policarbonato transparente, que se caracterizan por su ligereza y resistencia. Esta obra de acondicionamiento y protección ha sido realizada por la empresa egabrense: Estructuras Metálicas Juan.

En segundo lugar, se ha procedido a la limpieza completa de la vidriera artística, desmontando los paneles de la misma, uno a uno, y procediendo a realizar una limpieza en profundidad. Para ello se han empleado dos procedimientos complementarios. Inicialmente, se retiró el polvo superficial de la cristalera arrastrando la gruesa capa de polvo depositada por la cara exterior de los paneles con brochas de cerda largo para no arañar la superficie. A continuación, se ha realizado una limpieza en húmedo, empleando el mismo procedimiento que se utiliza para limpiar pinturas murales al fresco y que consiste en utilizar dos cubos de agua destilada diferentes. Con el primero se carga una esponja con la cantidad de agua necesaria, que tras limpiar una parte de la superficie se introduce en un segundo cubo para eliminar su suciedad, volviendo a introducirla en el primero, de donde volvemos a coger agua limpia. De esta forma se trabaja con agua limpia y no se corre el riesgo de variaciones de pH. La limpieza de vidrieras es siempre una de las operaciones de restauración más delicadas y controvertidas, a la vez que irreversible, es, por lo tanto, importante conocer la naturaleza y comportamiento de los depósitos de suciedad que queremos eliminar.

En tercer lugar, se han eliminado vidrios rotos; el criterio que hemos seguido con respecto a las roturas de vidrio ha sido el de desmontar las piezas fracturadas y sustituirlas por otras nuevas de similares características. Estas delicadas operaciones de limpieza y sustitución de vidrios, así como la instalación de un nuevo sistema de iluminación led, han corrido a cargo de Moisés Blanco Aguilera (Ebanistería Moisés)

Por último, se ha procedido a la reintegración cromática de los fragmentos decolorados o perdidos. Al igual que sucede con la limpieza, la reintegración de partes perdidas de una obra de arte es una intervención delicada y propensa a la polémica dada la diversidad de posibles criterios y enfoques. La reintegración de zonas concretas de pinturas perdidas sobre los vidrios se ha realizado mediante pinturas en frío. Esta intervención se ha realizado allí donde los vidrios originales han perdido parte de su color original: reintegración de dibujo en zonas opacas y reintegración de color en zonas translúcidas.

La reintegración de pintura realizada está diferenciada visualmente en un tono más bajo y además está documentada, ya que no pretende ser una falsificación, sino una integración óptica. En total han sido diez fragmentos, los que han necesitado la reintegración policroma que ha sido realizada por Javier Bravo de Vidrio Mundo (Artesanos del vidrio).

Así pues, teniendo en cuenta todo lo expuesto se puede concluir que la intervención de conservación y restauración de la vidriera artística del Instituto-Fundación Aguilar y Eslava cumple con los criterios de intervención en vidrieras históricas.

La mayoría de estos criterios de conservación y restauración son generales para todas las obras de arte: mínima intervención, reversibilidad de los tratamientos, discernibilidad de las nuevas piezas, compatibilidad y durabilidad de los nuevos materiales, etc.

Pero en el caso concreto de las vidrieras es importante, además, tener en cuenta otros criterios como la primordial necesidad de cerrar el hueco creado por los vidrios perdidos, la distancia de observación, la orientación de la vidriera, el tipo de iluminación… El espectador ha de poder ver la obra restaurada sin necesidad de que las nuevas adiciones distraigan su atención del disfrute de la misma.